Utilizamos el término para explicar cambios complejos que estamos experimentando actualmente en política, educación... Pero, sin embargo, la globalización ni es buena ni es mala. Es un proceso de cambio que nos coloca en una tesitura difícil pero con propuestas interesantes.
Todo período de transformación implica retos difíciles. Uno de estos cambios es el tecnológico, es exponencial, nos da oportunidades ya que estamos inmersos en un contexto en el que podemos reducir distancias y tener todo a nuestro alcance.
Como educadores sociales, pensamos que hay que utilizar lo que tenemos para hacer las cosas bien.
La mundialización consiste en procesos globales donde sociedades e individuos cada vez están más cerca ("El planeta se ha encogido") porque la comunicación es más inmediata y la movilidad más corta. Permite nuevas formas de comunicación, de intercambio y cooperación. Esto es más difícil para realizar el proceso educativo porque tiene que haber una distancia para que haya interacción y, por tanto, un proceso educativo. La distancia perminte alejarse y acercarse cuando uno quiere. Tiene que haber un proceso, poco a poco para poder conocerse.
Por otro lado, la mundialización nos facilita formas de comunicación, de intercambio.
El ciberespacio produce que unos queden fuera de la apropiación de espacios. Quien tiene los medios de producción tiene la voz, y excluye a otros de hablar.
Por lo tanto, hay que usar la mundialización para tener una mirada plural del mundo.
