Los
equipamientos de proximidad se constituyen como un lugar de
visibilidad de las políticas sociales, culturales y educativas en
momentos de transformación profunda de las relaciones entre la
comunidad y sus instituciones.
Una
posible vía de análisis tipológico de los equipamientos de
proximidad es aquella que plantea la génesis de los distintos
modelos básicos (tanto si se trata de arquetipo como de
estereotipos) partiendo de
las coordenadas generadas por la tensión ente sus cuatros políticas
fundamentales de referencia: las políticas de lo social; las
políticas de lo educativo; las políticas de lo cultural; las
políticas de lo político.
Cabe
destacar la existencia de cuatro modelos básicos, los cuales son
importantes para la comprensión
de los equipamientos de proximidad en España.
En
la encrucijada entre lo social y lo educativo, el arquetipo de las
Universidades Populares. Su oferta oscila entre las actividades de
apoyo y reciclaje profesional y la atención a las ofertas de ocio y
tiempo libre, siempre a partir de propuestas educativas.
En
la encrucijada entre lo educativo y lo cultural, el arquetipo de los
Centro Artísticos Comunitarios, se implanto primordialmente en el
Reino Unido. Se planteo como misión la reducción de las distancias
entre los creadores y los espectadores y la experimentación
artística.
En
la encrucijada entre lo cultural y lo político, el arquetipo de las
Casas de Cultura, cuyo objetivo es transformar un privilegio en un
bien común, ofreciendo a cada cual la tentación de
la cultura, excluyendo la especialización.
A
finales de
los años 70, comienza el declive de las casas de cultura como modelo
de intervención, dando paso a los Centros de Acción Cultural y las
Casas de Barrio.
Por
último, en la encrucijada entre lo político y lo social, el
arquetipo de los centros cívicos,paradigma de actuación en las
políticas locales de las ciudades del centro y norte de Italia.
Constituyen una herramienta fundamental en los procesos de
descentralización y participación ciudadana, contribuyendo
a reducir distancias entre las instituciones y la comunidad, con una
o más amplia gama de servicios sociales, educativos y culturales.
Los
equipamientos de proximidad suelen ser sola y exclusivamente fruto de
la voluntad de la Administración local y de
ser activos y evitar
así el concebir el equipamiento como un contenedor, es decir, que
tenga no tenga carácter pasivo.
Las
casas de cultura
son
el modelo de equipamiento de proximidad más extendido, se trata de
un lugar orientado preferentemente a la difusión cultural más o
menos especializada. Entre las funciones asociadas se establecen la
participación ciudadana y al desarrollo comunitario.
En
las medianas y grandes ciudades, los centros cívicos desempeñan
un papel fundamental. Está concebido como equipamientos polivalentes
con un programa integrado de servicios culturales, educativos y de
participación ciudadana.
Los
equipamientos de proximidad es un programa integrado de servicios
sociales, educativos, culturales y de participación y se definen
como un proyecto explicito y especializado que trascienda la
materialidad de su espacio de referencia. Da respuesta a una serie de
cuestiones fundamentales:
-Respecto
al territorio, la tensión entre la centralización, la
desconcentración y la descentralización
-Respecto
al programa, la respuesta a las nuevas demandas y los nuevos retos de
las políticas culturales, educativas y sociales.
-Respecto
a las estrategias, la dialéctica entre lo ascendente, lo descendente
y lo horizontal.
-Respecto
a la gestión, las nuevas alternativas a caballo de lo público , lo
privado y lo social.
-Etc.
Se
trata de ver y pensar la ciudad en su conjunto como un espacio para
la convivencia, la integración, la solidaridad, la relación y la
cohesión social. No siempre nos damos cuenta de que en el gesto
indiferente de pisar la calle empezamos un ejercicio diario que nos
lleva a compartir una propiedad horizontal pública, que usamos tanto
como desconocemos e ignoramos.
El
centro cívico se convierte en un auténtico hervidero de ideas y
propuestas, en un punto de intercambio de experiencias, en un ámbito
de encuentro intergeneracional donde se rompe la especialización por
grupos de edad que conduce a una negativa y perversa estanqueidad.
Jóvenes y mayores pertenecen a una misma peripecia vital, que no
puede vivir por separado.
Los
centro cívicos funcionaron muy bien hasta mediados de los ochenta.
Estos centros se convierten en fábricas, en academias con monitores
con unas cuotas módicas. Lo que se hace es convertir los centros
cívicos en centros culturales. Sin embargo, los ciudadanos abandonan
los centros cívicos porque éstos no se preocupaban de sus cosas; de
sus vidas íntimas y comunes.
Ha
mediado de los 90, las asociaciones comienzan a atacar y muchas de
ellas empezaron a meterse en los centros cívicos.
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