El siguiente texto trata sobre
las ciudades en las que Jane Jacobs habla hace cincuenta años de problemáticas
que trae la estructura urbanística en la que se crean estilos de vida
individualistas y donde predomina el espacio privado como método de protección
para los ciudadanos. Sin embargo, años después y en la actualidad se siguen
dando los mismos problemas y los mismos estilos de vida cotidiana.
La autora defiende un modelo de
ciudad basado en una ciudad compacta para que no se produzcan problemas ni
amenazas debido a la dispersión territoral, a la segmentación de usos, a la
primacía del vehículo privado, a la destrucción de barrios para la
“modernización” de la ciudad y a la inseguridad que se crea debido a estas
causas.
Para su modelo propone una ciudad
estructurada y basada en las experiencias de la vida cotidiana donde se
produzcan relaciones y puedan conocerse y reconocerse, creando así un clima de
seguridad basado en la confianza de las personas a las que conoces gracias a
transitar los espacios públicos.
Sin embargo, en las actuales
ciudades la seguridad se basa en la vulneración de la intimidad donde existe
presencia policial en barrios con delincuencia y cámaras de seguridad que nos
vigilan. En un entorno donde te encuentras esto, lo primero que te causa es
inseguridad, miedo ante el tránsito por lugares públicos. No crea un clima de
confianza donde poder interactuar con los ciudadanos, crea individualismo y que
las personas pasen cuanto menos tiempo en la calle, mejor. En definitiva, lo
que crea es vivir bajo la presión de un presente que necesita ser vigilado para
así vivir en el miedo, coacción y alejados de la libertad.
En la actualidad el mundo está
controlado, se observa en estas ciudades donde la población está alineada y
nuestras capacidades y elecciones están manejadas. Si el fin de este control es
crear unas normas de convivencia para que pueda haber seguridad, Jane plantea
otro modelo en donde los espacios públicos representan el lugar que es de todos
y por tanto se ocupa por todos, lugares donde no se tiene que obligar la
interacción o el contacto sino que surgen solos. Allí donde las personas se
relacionan, se reconocen y conocen, se crea confianza. Ya no se vive de manera
anónima donde nadie se conoce y tienes miedo a transitar por ciertos sitios. No,
los espacios públicos son precisamente públicos, las personas deben transitar
por él, ocuparlo, apropiarse de él y darle el uso que quiera darle.
Lo que en las ciudades ocurre y
Jane critica, es la creación urbanística de espacios monofuncionales donde se
tiene que ir expresamente a realizar una determinada acción. La autora lo
critica porque defiende que los espacios tienen que ser casuales, donde debido
a la relación con el otro se produzcan determinadas acciones, costumbres o
actividades. De esta forma se crea ciudad, vida en común: dejando a las
personas actuar y relacionarse en entornos públicos para que se conozcan y
reconozcan en un clima de seguridad y confianza y así crear sus propias normas
a partir de la experiencia cotidiana de la vida.
Jacobs aporta unas claves para que los supuestos
ciudadanos puedan empezar a tener contacto con sus vecinos, ello ayudará a la
gente a sentirse cómoda en los espacios públicos, aportándoles al mismo tiempo
unos beneficios en su desarrollo como persona:
Una de estas claves es el tejido comercial, gracias a las tiendas
y comercios se produce seguridad ya que la gente puede ser vista y oída por los
demás. A parte, el tejido comercial produce tránsito, interacción y movimiento
y permite expresarte y conocer a los vecinos.
Otra clave es la planificación de la ciudad entendida
como forma de organización de la misma que se crea debido a las necesidades y
relaciones que se producen en la vida cotidiana. Lo ideal sería que se creara
una planificación que tuviera en cuenta los lugares de trabajo de los padres y
los establecimientos comerciales para conseguir una educación en sociedad.
No se debe obviar que para
planificar una ciudad, se deben crear espacios en los que la gente pueda estar
y pasar, espacios que los ocupe la gente en función de unas necesidades. En el
caso de un parque, por ejemplo, se debe crear teniendo en cuenta las
necesidades o características de la población para que éste sea ocupado por ella.
Con esto, conseguimos que los espacios no sean deshabitados y por lo tanto
temidos por la sociedad.
En el texto, Jane también habla
de las aceras de una ciudad. Explica cómo una acera es positiva para la
población en general pero también para los niños que, al fin y al cabo serán
los ciudadanos futuros que deberán proporcionar un clima de seguridad e
interacción y para ello tendrán que haberse desarrollado en ese clima. Cuando
una acera se convierte en una vía pública donde la gente transita y está, se
produce ciudadanía: los niños deben jugar en las aceras para desarrollarse
personalmente gracias al entorno, al contacto con los adultos que también les
dan aprendizajes, y de esta forma el niño podrá educarse no sólo durante
actividades planificadas sino también en su tiempo de ocio.
Como hemos comentado en clase,
actualmente está mal visto que un niño esté en la calle, sin una ocupación de
su tiempo libre. Los padres los apuntan a actividades extraescolares, a
campamentos con actividades planificadas en la que el tiempo del niño, se
organiza por los padres sin saber éstos que el dejar hacer al niño y que ocupe
aceras y espacios públicos, también es positivo para su desarrollo.
Cada vez observamos más niños que
no sólo tienen planificado su tiempo libre para pasar cuanto menos tiempo en la
calle mejor, sino que son acompañados por los padres al colegio en coche. Este
suceso (junto con otros), producido por una mentalidad de dar protección a sus
hijos de la inseguridad de la calle, es lo que contribuye precisamente a que
las calles no sean seguras porque cada vez se impide más el tránsito por éstas.
El hecho de que un niño se encuentre con iguales y adultos en espacios comunes
interactuando sin estar bajo el control de los padres, hace que aprenda por sí
solo de lo que le rodea, tanto de la gente como del mundo.
Para finalizar, una vez leído el
texto y analizando lo comentado en clase, nos lleva a reflexionar sobre el tema
en cuestión de las ciudades. Una ciudad en la que conviven diversas personas
necesita tener un clima de seguridad que sólo se proporciona si éstas
interactúan. La manera de que lo hagan es gracias a la ocupación y tránsito de
espacios públicos que nos pertenecen a todos y que debemos ocuparlos para poder
desarrollarnos como personas; de forma que nos relacionemos, no reconozcamos y
nos conozcamos. Así es como se puede tener un clima de confianza y seguridad;
por lo tanto, las ciudades deben ser estructuradas y planificadas en torno a la
experiencia de la vida y las relaciones de la población para evitar que no se
produzca contacto.
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